VILLALOBOS HEITOR

06.06.2012 17:36

HEITOR VILLA-LOBOS

(Río de Janeiro, 5/03/1887 - 17/11/1959)

Considerado el más grande compositor americano. Precoz, autodidacta, prolífico y fantástico. Desde niño se afirmó en él una irresistible inclinación por la música, fomentada por su padre y combatida desde la muerte de éste -cuando V. tenía 12 años- por una madre enérgica que deseaba orientar a su hijo hacia la medicina. Su primer instrumento (a los 6 años) fue un rústico violoncelo construido por el padre, quien más tarde le proporcionaría un pequeño clarinete. A la muerte de su progenitor, V. ingresó en un internado, donde no dejó de atender a sus estudios musicales, que él mismo iba organizándose con excepcional intuición. Cuando llegó al límite su capacidad de resistencia ante la presión materna, huyó del seno de la familia. Durante casi un quinquenio hubo de incorporarse a escolas de samba que le llevaron a través de su país, con cuyos lejanos y misteriosos parajes selváticos comenzó así a familiarizarse. Aprovechó esa experiencia para recoger y ampliar sus conocimientos en materia de temática autóctona, en tanto que, a solas, seguía perfeccionándose en la armonía y la teoría musical. Luego estudiaría con algunos maestros.

 

Hacia 1906 intervino en varias sesiones de música de cámara, donde fueron ejecutadas varias obras suyas. De esa etapa datan sus primeros trabajos conocidos: Confidenza y Carnaval de Pierrot (piano), el Trío I (piano, violín y violonchelo), el Trío II (flauta, violonchelo y piano) y una ópera, Femina, probablemente nunca interpretada. Afincado definitivamente en Río a partir de 1913, se dedicó de lleno a la composición, con eventuales apariciones como violoncelista virtuoso. Se apasionó entonces por Bach y por Haendel, y se esmeraría en asimilar la escritura contrapuntística de estos maestros con los requerimientos de un idioma genuinamente brasileño en su triple vertiente: europea, cabocla y africana, desembocando así en sus famosas y personalísimas Bachianas, entre las cuales merece capítulo aparte la n° 5 ("Aria" y "Danza"), para voz soprano y un conjunto de ocho violoncelos. Afirmaba V. su voluntad de componer en un idioma popular. «Utilizo, empero, esa temática idiomática a mi manera, con acuerdo a mi propio sentido del desenvolvimiento. Es propio de un artista hacerlo así: trasmitiendo y seleccionando el material que su mismo pueblo le proporciona. Y para eso estudio también el país, su historia, el idioma, las costumbres, el trasfondo popular, conforme siempre lo hice».

 

En 1932 fue designado superintendente de la Educación Musical por el Estado de Río de Janeiro, puesto desde el que realizaría una extraordinaria acción pedagógica y promotora. Estaba convencido de que el germen de la cultura popular radicaba en los niños y era promovible a partir de la música. Constituyó grandes orfeones populares, llegando a reunir en una ocasión uno de 40.000 voces. «El canto coral, decía, es no ya el medio colectivo, sino la única posibilidad de expresión artística para el pueblo medianamente culto».

 

Formidable trabajador, dejó una obra de más de 1.500 títulos: 11 sinfonías, 17 cuartetos y numerosos tríos, nueve Bachianas Brasileiras, 16 Choros (desde el solo de guitarra hasta el más diverso y esotérico instrumental), cinco óperas, 15 ballets, varías Misas y composiciones corales, muchas de ellas de vastas proporciones, innumerables canciones para una y más voces, incontables páginas para piano, obras para banda, diversas combinaciones de cámara, etc. De V. dijo Pablo Casals: «La música debe a este compositor genial, no solamente lo que nos dejó en su obra, sino también el ejemplo de su corajuda actitud frente a esas corrientes subversivas que llaman «la música de nuestro tiempo». Villalobos siguió los preceptos de la verdadera música, enriqueciéndola con su grande personalidad».

 

BIBL.: MUSEO VILLA-LOBOS, Presencia de Villa-Lobos, Río de Janeiro 1965; UNIÓN PANAMERICANA, Compositores de las Américas, III, Washington 1957; Enciclopedia Atlante de la Música, México 1944.

 

JUAN MANUEL PUENTE

Cortesía de Editorial Rialp. Gran Enciclopedia Rialp, 1991